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El Movimiento Colombiano de Solidaridad con los Pueblos y Gobiernos del Alba (Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe) se pronuncia frente al Canciller de Colombia Alvaro Leyva.
Declaración abierta contra pronunciamiento del Ministro Álvaro Leyva
Fue muy esperanzador el discurso del Compañero Presidente Gustavo Petro al inicio de su mandato, al reivindicar la condición Caribe de Colombia. Pues en efecto, nuestro país es el que más costas tiene sobre este mar, incluyendo su zona insular.
El Presidente invito a un abrazo Caribe a las Naciones centroamericanas y caribeñas como la nuestra, no sólo por la geografía sino por la historia. Pero por segunda vez, la torpe y nada diplomática Cancillería de Álvaro Leyva Drán, emula los peores errores de la diplomacia
colombiana desde el periodo de Turbay, que coincidió con el triunfo Sandinista en 1979 y cuando fuimos llamados el “Caín de América” por mostrar la mayor subordinación al imperio ante la guerra de las Malvinas; cuando el gobierno prefirió apoyar a Inglaterra.
En estricta referencia a las siempre tensas relaciones con Nicaragua, los conflictos de límites marítimos entre los dos países hermanos, los peores momentos y derrotas jurídicas para Colombia, se han dado en los gobiernos de Pastrana, Uribe, Santos y Duque.
La Corte Internacional de Justicia, al mismo tiempo que falló quitándonos 140.000 km2 de mar territorial, dejando sin zonas de pesca a nuestros isleños, como consecuencia de la mala asesoría jurídica contratada por Colombia, recomendó que los dos países hermanos firmen un tratado bilateral para regular el conflicto. En el último episodio, en el gobierno de Duque se le dio poder al ex Ministro Samuel Arrieta, para que se quedara con $ 1.200 millones de pesos en otro recurso perdido contra el fallo, en el que la CIJ insistió en el tratado bilateral. Lo que indica es que en más de 40 años lo que ha hecho falta realmente es Diplomacia, con mayúscula, de altísima política, con estrategias ciertas e instrumentos precisos.
Con el nuevo gobierno, y el discurso en mención, del Señor Presidente, se alentaba la esperanza de un entendimiento profundo que empezara a llenar los vacíos existentes y se iniciara la fase primera que nos llevara a ese tratado bilateral que trascendiera el conflicto y nos permitiera trabajar juntos en las zonas de mutua influencia para el bienestar de nuestros pueblos y de la región caribeña. Con lo que podríamos considerar lograr la paz total en el interior y la paz estable con todos los vecinos, que indudablemente redundaría en el progreso nacional.
Pero no ha sido pensado así. Por el contrario, en un hecho inaceptable para el gobierno nicaragüense, (y para cualquier otro) la Cancillería oficialmente y Álvaro Leyva, el ministro de Relaciones Internacionales, en declaraciones absolutamente personales, con un leguaje improcedente, que pudiéramos considerar hasta soez, emite este comunicado interviniendo en asuntos internos de la República de Nicaragua, a propósito de la prisión y posterior salida hacia EEUU de algo más de 2 centenares de presos y la continuidad de la prisión de un obispo que no acepto la propuesta del país oferente.
Ofrecerle a despatriados la ciudadanía de Colombia es plausible por lo altruista; en eso no hay discusión. El asunto colateral es a quien o quienes se les otorga, pues muchos de los ahora apátridas, estuvieron vinculados a terribles hechos de violencia y crímenes en un intento de golpe de estado y otros más por traición a la patria, entre 2018 y 2022.
Según nuestro criterio, el Canciller Leyva, ha privilegiado e interpuesto su militancia católica y conservadora a los intereses de nuestro país. Desde 1979 con la presencia del FSLN y de alguna manera con la vuelta al poder del Presidente Daniel Ortega (16 años después de que lo entregara al perder las elecciones; cómo debe ser), Nicaragua ha mantenido una política coherente respecto al conflicto entre los dos países y en la misma dirección que el Presidente Petro, los brazos abiertos al encuentro y entendimiento, que parece querer abortar la Cancillería colombiana y especialmente el Señor Leyva Durán.
Hacemos el llamado al gobierno colombiano a dejar atribuciones injerencistas y volver todos los esfuerzos para ofrecer sus buenos oficios y servir de mediador entre las partes de tengan conflictos internos y que así lo acojan. Es de mayor alcance servir de garante que juez apriorístico de decisiones ajenas.
Colombia tiene una segunda oportunidad en la Tierra, por eso, entre otras muchas, merecemos un Ministro de Relaciones Exteriores atemperado, sigiloso en el trato y defensor de los derechos nacionales. Distinto a lo que hoy tenemos: decisiones virulentas, apasionadas, llenas del odio supremacista con las cuales se pretende que todos los países obedezca a pies juntillas lo que el imperio y la OTAN ordenen.
Por la fraternidad y encuentro de la familia caribeña y centro americana, acuerdos bilaterales y confianza entre sus gobiernos, para avanzar de manera conjunta hacia el progreso desde las propias autonomías.
¡Que La Espada Libertadora De Bolívar Nos Siga Iluminando!
Bogotá, febrero 25 de 2023.
Comité Coordinador
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