Durante un tiempo estuve pensando que los venezolanos eran los pendejos de América Latina. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, pienso que este es más un problema generalizado de los latinoamericanos debido a la ignorancia en algunos casos, al resentimiento en otros, y a la viveza, en los más tristes. Latinoamérica poco a poco se convierte en la sinrazón del mundo.
Llegué a Venezuela en el año 98, para el año 99 ya gobernaba Hugo Chávez Frías, ex militar, teniente coronel que había dado un golpe de estado en el año 92 y en quien, la inmensa mayoría de los venezolanos, tenían puestas todas sus expectativas. Gracias a su inmenso capital político y social, además del económico (Venezuela producía más de 3 millones de barriles diarios de petróleo), cambió la Constitución, el congreso, la Corte Suprema de Justicia, la bandera, el escudo, el huso horario y hasta el nombre de la República. Pienso en la Reforma Política de Colombia.
Para los años 99 y 2000 participé, junto con un grupo de arquitectos, uno de Puerto Rico y otro de Venezuela, en tres concursos auspiciados por el Banco Mundial para la habilitación física de barrios de invasión. Todo pintaba espectacular, esos barrios de invasión (favelas como las llaman en Brasil o ranchos en otros países), tenían la posibilidad de, al cabo de unos 15 años, convertirse en urbanizaciones. Mientras fue el Banco Mundial el encargado de pagar los honorarios a las firmas que habíamos ganado los concursos no hubo ningún problema, solo el 10% le correspondía a Venezuela y ese 10% jamás nos fue cancelado.
En el año 2000 comenzaron los militares a estar a cargo no solo de ministerios, sino también de instituciones autónomas, de corporaciones, de los Consejos para la Vivienda (CONAVI), etc., y todo fue derivando en tristeza y más tristeza. De 78 proyectos para la realizarse que tenían reserva asegurada desde el gobierno de Rafael Caldera, ninguno fue ejecutado. Millones y millones de dólares que se perdieron (Robaron) en diferentes instituciones del estado, la inmensa mayoría a cargo de militares. Esta situación y otras de similar ejecución, llevó a hacer decrecer las preferencias que tenían los venezolanos por este nuevo régimen que se estaba comenzado a enquistar.
A partir del 11 de abril del año 2002, cuando se produce un golpe cívico militar, después de varios días de manifestaciones y, la última, con más de tres millones de participantes que invadieron toda Caracas y muy buena parte de las ciudades principales de Venezuela, todo comenzó a variar. Para ese momento Chávez renunció, según lo anunció su ministro de defensa, pero tres días después regresó al poder.
¿Qué sucedió? Hasta el 11 de abril no se consideraba que lo que había sucedido había sido un golpe de estado, pero se autoproclamó presidente uno de los representantes de uno de los dos oligopolios más grandes que tenía Venezuela. Este episodio generó una división entre la oposición y los militares que perdieron toda su cohesión, y el general Raúl Baduel lideró la recuperación de la democracia. En ese momento vuelve Chávez al poder, pide perdón a la sociedad por las cosas que hizo mal, se disculpó por una cantidad eventos que se habían producido, entre ellos el maltrato a altos directivos de PDVSA (esta era una de las empresas más exitosas del mundo para el año 2000) que fueron expulsados.
En el año 2003 se presenta un paro petrolero que no prosperó, el cual deriva finalmente en la cesación de cerca de 20,000 de los 35,000 trabajadores, entre ellos los más preparados y lo más entrenados. Estos se van a trabajar por el resto del mundo: Houston, Nigeria, Kazajistán, incluso ECOPETROL recibe varios miles de profesionales capacitados y con gran experiencia, que llevan a Colombia a producir más de 1’000.000 de barriles diarios. Pienso en la Reforma a ECOPETROL.
Ante el descontento tan fuerte que se presentaba en toda la población del país, Chávez los tranquiliza anunciando un referéndum para darle terminación a su mandato. Pero a través de sus jugadas y argucias políticas con un congreso y un CNE (Consejo Nacional Electoral) casi en sus totalidades a su favor, comienza a dilatar la fecha del referéndum. Mientras tanto comienza a implementar una cantidad de cambios muy a la venezolana, muy para el pueblo venezolano, que se acostumbró a que todos los gobiernos les subsidiaran hasta la alimentación, producto de la inmensa cantidad de dólares que ingresaban por su producción petrolera.
Crea entonces Chávez las famosas misiones, Misión Vuelvan Caras, Misión Negro Hipólito, Misión Sucre, Misión Ribas, etc. Cerca de 36 misiones que se encargaron de repartir entre la población todos los ingresos petroleros que no se robaban los militares, los gobernantes o los políticos en ese turno. A raíz de la creación de estas misiones, el pueblo comenzó a recibir más o menos un salario mínimo por cabeza inscrita, lo único que tenían que hacer era ir los sábados a unas sesiones de adoctrinamiento y los 15 y los 30 de cada mes a cobrar en algún banco venezolano. Producto de esta estrategia de las misiones, cuando finalmente decidió hacer el famoso referéndum, ya la gran mayoría de la población estaba de su lado y ni siquiera tuvo que hacer fraude para permanecer en el poder.
A partir de este momento la consigna será dividir a la sociedad de una manera maniqueísta no vista ni en Cuba, y expropiar a todo empresario, industrial, comerciante o privado que se opusiera y no colabora con la revolución. Simultáneamente aparecen por esos días los tristemente célebre “Círculos Bolivarianos”, paramilitares asesinos que mataban opositores en las marchas contra del gobierno, y que por su condición de civiles liberaban al gobierno de toda culpa. ¿Y las FFAA? Bien gracias.
Ni hablar de los “Colectivos” que remplazaron a los “Círculos Bolivarianos” (El solo nombre ya conectaba al régimen). Sabían por Cuba que solo necesitaban el 0.5% de la población para controlar el 99.5% restante. Pienso con mucho temor en “La Primera Línea”. Esto le generó muchísimos problemas a la oposición, la cual, además de los errores que había podido cometer en un principio, cometió el más triste de todos que fue el de no participar en las elecciones de diputados al congreso de la república. Con la mayoría absoluta Chávez pudo hacer todos los cambios que quería en tiempos de su gobierno.
El cambio más doloroso, el más triste, y que fue el punto de quiebre de toda la institucionalidad, fue haber aumentado la cantidad de magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, puesto que, con los existentes, no tenía la mayoría para controlar ese poder nacional. Los partidos se dividieron, no podía obtener mayoría para ese cambio dentro del Congreso y decidió fracturar a uno de los más representativos partidos políticos de toda la historia venezolana, el MAS (Movimiento Al Socialismo). Lo fracturó, lo dividió en dos.
El grupo escindido comenzó a llamarse Podemos, a cargo del cual estuvo, lo recuerdo muy bien, Ismael García, quién colocó a todos los miembros de Podemos del lado de gobierno y con ello pudieron cambiar el número de magistrados del Tribunal Supremo de Justicia. Ese para mí es el punto de inflexión. A partir de ese momento la justicia es parte del chavismo, y por ende comienzan las injusticias más grandes, más fuertes y más dolorosas de la ya llamada República Bolivariana de Venezuela.
Pienso en la Reforma Judicial en Colombia. Chávez, a través de CONATEL, (Consejo Nacional de Telecomunicaciones) establece un reglamento de control nuevo y comienza el cierre de cientos de emisoras de radio y televisión, periódicos y canales de cable que no se someten. Pienso en la Reforma a la ley de Medios de Comunicación en Colombia.
En el año 2007 el ya tirano quiere cambiar la Constitución, quiere crear una constitución a su medida replicando la de Cuba y de los cubanos. Fidel y Raúl han sido antes, y durante su mandato el cerebro detrás de todo este proceso. Desde antes de las elecciones los cubanos han asesorado a Chávez en absolutamente todos los aspectos.
Pero cambiar la Constitución es un acto que requiere de elecciones, requiere de un referéndum, y para ese momento las cosas ya no estaban tan fáciles. Esta es la única elección que pierde Chávez en toda su vida política, y los venezolanos le dicen NO al cambio de la Constitución. A raíz de esta propuesta, el general Raúl Baduel, quién lo salvó durante el golpe de estado del 11 de abril del 2002 y quién había sido hasta ese momento su aliado principal dentro de los militares, y fuese su ministro de defensa, se opuso a que se cambiara la Constitución a la fuerza después de haber perdido ese referéndum.
Esto le costó finalmente al general Baduel su libertad y fue encarcelado por el resto de su vida, hasta su muerte hace unos pocos años. Sí, al General Baduel, quien desde antes del golpe de estado del año 92 fue su gran amigo. Sí, al general Baduel, quien fue quien salvó y reinstaló a Chávez en el poder en abril del 2002. Sí, al general Baduel, quien era el hombre hasta ese momento más inteligente y con más poder en las fuerzas armadas, lo encarcelaron y finalmente, dicen fue presuntamente asesinado al no prestársele servicios médicos a tiempo. Si a él le pasó lo que le pasó, imagínense ustedes a todos los demás políticos, militares, estudiantes o ciudadanos que se opusieron a Chávez.
El diputado Fernando Blanco, el capitán Rafael Acosta, el mártir Franklin Brito por nombrar solo a tres de la inmensa lista de quienes han sido asesinados o ejecutados extrajudicialmente por el régimen castro-chavista. Esto sin hablar de los más de 500 presos políticos que han pasado por La Tumba, El Helicoide, y otras mazmorras de tortura del chavismo. La historia más reciente de la diáspora venezolana casi todos la conocemos.
Desde el 2002 emigraron, se exiliaron o fueron desterrados varios de los más poderosos venezolanos, quienes llegaron a diferentes países e iniciaron emprendimientos, crearon empresas y dieron trabajo a muchos. Empresas como Farmatodo, Polar y otras estaban ya en varios países. Una de las tragedias más grandes se vivió contra los estudiantes en febrero de 2014.
Ya con Maduro en el poder fueron asesinados, encarcelados, o vejados, cientos de ellos solo por el hecho de estar protestando contra un régimen opresor que no les garantizaba ningún futuro; entre otras cosas debido a la devaluación e inflación astronómicas, y a un doble sistema cambiario, igual al de Cuba, que les permitía desde muchos años atrás a los chavistas, con acceso al dólar oficial (CADIVI), hacerse multimillonarios en solo dos o tres días.
Hasta la fecha se le han quitado (o agregado según sus puntos de vista) al Bolívar catorce (14), léase bien, catorce ceros. Y es a raíz de este período infame que comienza el éxodo de estudiantes por todo el mundo especialmente por América Latina. Podíamos verlos trabajando como meseros en varios restaurantes de nuestras ciudades. Pienso en el precio del dólar en Colombia.
Pero a partir del 2015, cuando ya el petróleo extraído no superaba los 350,000 barriles diarios, cuando el poco que se producía se lo llevaban China y Cuba principalmente, cuando PDVSA, no tenía ya 35,000 trabajadores como hasta 2002, sino más de 125,000 inexpertos e ineptos empleados públicos, cuando sus directivos eran políticos de la más baja condición humana, cuando la miseria de los más pobres se intentaba manejar con las famosas cajas CLAP (diseñadas para mantener en la pobreza a la gran mayoría de la población y crear dependencia del estado) que hicieron famoso a Alex Saab, cuando no hubo plata para las misiones, cuando el dólar ya era inalcanzable para todos, cuando no hubo más prestación de servicios de salud, la cifra de refugiados aumentó hasta superar los 7’000,000 repartidos por todo el mundo y principalmente en Latinoamérica.
¿Imaginan Ustedes lectores, el nivel y la calidad de vida de profesores, enfermeras, empleados públicos en general y jubilados (a quienes les “democratizaron” su pensión) en estos tiempos? Pienso en las reformas Pensional y de salud en Colombia.
La diferencia por estos días, es que la mayoría de estos últimos refugiados son personas sin educación y acostumbrados a trabajar poco (el estado les daba todo). Los malandros ya no tenían a quien robar o secuestrar en Venezuela, y decidieron emigrar también y encontraron en nuestros países casi un paraíso. Creo que nada en su historia le hizo más daño a Venezuela que el dinero fácil de las bonanzas petroleras y su errado manejo por parte de sus gobernantes. Los de antes y los actuales. La historia reciente la conocemos y la hemos vivido todos.
La única esperanza que le queda a la Venezuela amable, la de hermosos paisajes, la de gastronomía para reyes, climas inigualables, gente noble y mujeres hermosas que yo conocí, es el proceso ante la Corte Penal Internacional. Siempre pensé que los venezolanos eran los pendejos de Latinoamérica por haber permitido que se gestara todo este horror, pero no. Ahora temo por Colombia, y después de lo ocurrido en Argentina con CF de K. y los recientes sucesos en Perú, intento no creer y me niego a aceptar que los latinoamericanos seamos los pendejos del mundo.
Enrique Perea G. Popayán, diciembre del 2022.
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